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Despierta tu facultad de la fe


por Winifred Wilkinson Hausmann


De todas las facultades, aquella acerca de la cual Jesús habló con mayor frecuencia es la fe. Tengan fe. Crean. Confíen. Una y otra vez, Jesús enfatizó este poder, y vimos cómo está se desarrolló en uno de sus discípulos.

La fe no llega toda de un golpe. Ésta ha de crecer. Debe ser alentada. Tiene que ser invitada y bienvenida. Tal como Simón, el pescador, se transformó en Pedro, el apóstol, del mismo modo nuestra habilidad de confiar en Dios tiene que ser transformada en nuestras vidas.

La fe ha sido definida de muchas maneras. El escritor de Hebreos en la Biblia la definió como: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb. 11:1). Vista bajo esta luz, la fe es esa cualidad en nosotros que nos capacita a ver más allá de cualquier apariencia de carencia, limitación o dificultad de manera que podamos asirnos a la idea divina y creer en ésta; aun cuando no veamos evidencia. Gracias a la fe sabemos internamente que la Verdad que todavía no se ha expresado en nuestro mundo material.

El que la fe esté localizada en el centro del cerebro tiene mucho significado. Es en medio de la cabeza, entre los oídos y los ojos. Cuando ponemos nuestra fe en aquello que podemos ver con nuestros ojos o percibir con nuestros oídos, la estamos usando de un modo limitado y los resultados estarán acordes.

Sin embargo, podemos centrar nuestra facultad de la fe en nuestra visión interna, en nuestro oído interno. Podemos desarrollar dicha facultad por medio de la oración para llegar a conocer el potencial que Dios nos ha dado. Y, cuando lo hagamos, nuestros resultados manifestarán la realización más grande de nuestra naturaleza espiritual. En su expresión más elevada, la fe es dirigida por nuestra naturaleza espiritual, por el Cristo, centrado en la coronilla de la cabeza.

Nosotros determinamos los resultados que deseamos ver en nuestras vidas ...

 

Para desarrollar la cualidad de la fe, podemos comenzar como lo hizo Pedro: estando receptivo a las ideas de la Verdad y permitiendo que éstas crezcan en nosotros hasta que podamos sentir nuestra unidad absoluta con la facultad de la fe —sentirla de tal manera que ya no pensamos en términos de querer tener fe, sino que la expresamos automáticamente, como lo hizo Jesús.

La conciencia Crística
 

por Myrtle Fillmore



Todos los verdaderos seguidores de Jesucristo deben disciplinar el ser humano en el viaje de la conciencia personal a la Crística. La parte humana de nosotros quiere aferrarse a cosas visibles y a otra gente. Mas, a medida que el Cristo impersonal y espiritual encuentra expresión cesamos gradualmente de apoyarnos en estas limitaciones materiales.

 

Nuestras facultades espirituales se tornan tan fuertes, vitales y sustanciales que podemos contactar el gran invisible en ellas. Cuando estas facultades están bien desarrolladas, la realidad invisible se nos torna todavía más real, sustancial y durable que lo que las cosas materiales son para los sentidos.

Estudiamos a Dios como Mente, y a la gente como mente; y encontramos que en la expresión de ideas divinas la gente definitivamente tiene centros de conciencia, los cuales han sido construidos por el alma en su esfuerzo de utilizar las ideas divinas o las cualidades del ser.

Hemos encontrado que hay doce centros básicos de conciencia, que son el resultado del uso de las cualidades de Dios de vida, amor, sabiduría, poder y sustancia por parte del alma.

Estos centros de conciencia son centros de la Mente-Dios; pero han construido el organismo físico por medio del cual se expresan.

Tenemos doce sitios en el cuerpo donde el alma expresa cualidades definidas que forman la conciencia Crísitica —por lo menos nosotros la llamamos conciencia Crística cuando el individuo se expresa bajo la ley divina. Desarrollar estos poderes y capacidades latentes de la persona interna es la llave que nos abre el reino y nos da la maestría Crística.

Cuando hacemos esto triunfamos en lo que quiera que emprendamos.

Afirmación: “La fe bendice mi día y hace mi camino fácil.

Explora los Poderes:

         Fe        Fortaleza         Discernimiento o Juicio          Amor       Poder           Imaginación         Comprensión

                                    Voluntad             Orden                 Entusiasmo         Eliminación

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